Libérate del miedo y la culpa, libérate de los mandatos de la familia o la sociedad que siempre te han hecho sentir inapropiada y ábrete a tu naturaleza instintiva, crea tu propio espacio, tu propia verdad, esa que has escondido por miedo y vergüenza.
Siente a tu cuerpo danzando en el ciclo eterno de la vida y la muerte y sigue esta danza en conciencia y belleza.
Permítete habitar el cuerpo en plenitud, con la certeza de que es tuyo para disfrutar, para ser, para hablar, para actuar, para gozar….. hazlo tuyo en conciencia y amor. Háblale a tus células, dales las gracias, diles que las amas, diles que no estarás más ausente.
Canta, despierta tu voz, habla en tu nombre, grita quién eres y escucha la voz de tu intuición mostrándote el camino. Ríe a carcajadas porque has perdido el miedo.
Cuanto más tiempo permitas a esta esencia nutricia y salvaje hablar a través de tus ritmos, de tu esencia, más crecerá tu creatividad, más plena y libre serás.
Este saber misterioso y profundo es el genio que palpita en tu vientre, no en tu cuerpo mental, no en la imagen que has creado de ti, sino en lo profundo de tus huesos.
Esta fuerza magnífica que te habita es esencial para tu salud física y emocional, síguela, nútrela, dale fuerza en tu diario vivir.
Escucha el llamado profundo de la sabiduría femenina que fluye con los ciclos naturales, que habla a través de los sueños, del instinto primigenio, de la fuerza del corazón.
Danza con la pasión que mueve los océanos, escucha la poesía de tus corrientes subterráneas y da vida a tus mas locos sueños, porque ellos saben la verdad que te habita, ellos desprenden la estela salvaje del alma femenina y sus frutos son deliciosos y abundantes si te atreves a vivir desde esa verdad indomesticada que eres. Salta desde la lógica y abraza tu intuición.
Dafne