El amor de mi vida

Atravesaba uno de los momentos más difíciles en la relación con mi esposo, la verdad es que no nos soportábamos y cualquier cosa que dijésemos o hiciésemos encendía una discusión, decidimos separarnos.  Nuestra economía no era muy buena, tenemos un hijo en común al que deseamos brindarle “una familia”, así que optamos por permanecer en la misma casa, aunque en espacios diferentes.  Como decimos en mi país…….partimos cobijas.

Me sentía sola, vacía y con un abismal sinsentido en cada área de mi vida. Mi mente, que no ayudaba, me ofrecía pensamientos de odio, culpa y resentimiento permanentes completando así un cóctel de locura. Me puse entonces a añorar mis preciados años de soltería cuando conquistaba chicos a diestra y siniestra con técnicas románticas infalibles.

Entonces, comprendí! había pasado mi vida hasta ese momento conquistando a mis padres para que me dieran amor, conquistando a mis maestros para tener buenas calificaciones, conquistando a mis amig@s para ser aceptada, conquistando a mis parejas para ser amada.  Es decir había gastado una cantidad enorme de energía, tiempo, mente y acciones en conquistar a un montón de personas para que me reconocieran, me aceptaran, me amaran y nunca había gastado ni un minuto de mi vida en conquistarme a mí misma y lograr así aquello que ansiaba recibir de quienes siempre terminaban yéndose.

Aquí había algo gordo!!!! Como no me iba a sentir un insecto bajo una chancleta si nunca me había dado aquello que apreciaba ofrecer a otros?  No sabía muy bien cómo lo lograría, pero conquistarme, conocerme, poseerme fue desde ese momento un objetivo claro para mí.  En aquel momento sentía que era algo así como conquistar una super star, me parecía una desconocida, estaba tan cerca y al mismo tiempo tan inaccesible, que no sabía cómo empezaría semejante odisea.

Aquel día llegué a la oficina feliz, tenía un objetivo en la vida y no era una pequeñez, era algo grande, algo importante, dejaría de quejarme……..había decidido conquistarme!.

Sonaba una canción de reggae que aún hoy me enciende, se llama Antonia de Gondwana y me gustó tanto que la descargué en mi celular, desde ese día se convirtió en mi himno, cambié algunas partes de la letra y me la dediqué oficialmente.  La escuchaba camino a casa y cada amanecer sonaba a modo de despertador, así que su melodía me sacaba de la cama, empezaba el día bailando y cantando esa canción para mí……el nuevo amor de mi vida.

Poco después me escribí una carta……………

“Plácida te reconozco en las luces del atardecer, remota y silenciosa como isla en el océano.  Que bella te vez, cuan profunda y misteriosa te me antojas.  Apenas si te atisbo desde esta orilla, pero tu calor me invita a descubrirte, tu danza ya me pone a bailar.

Por fin emprendo este viaje hacia ti, por fin escucho tu canto entre el ruido del mundo, por fin decido convertirte en mi único territorio, pero no como los viajeros del mundo han usurpado pueblos, a sangre y fuego, sino como se conquista la dicha que trae la ternura.

Sé que tu puerta está abierta para mí, que como yo, esperas ansiosa el arrivo de mis naves, pero no por ello creo que sea fácil seducirte………tras tantos años de desidia y olvido, apenas si somos conocidas.

Termina ya el tiempo de esconderme y con él las nubes que traían las tormentas.  Se presenta esta aurora como una promesa de amor eterno y la única forma de sentirme viva en tu pecho.

Prometo despertarte a besos y con mis caricias encender la mañana de ilusiones, prometo que tus manos no volverán a extraviarse en el tiempo, prometo verte a los ojos sólo con compasión y gratitud por respirar mi vida y prestarme tus pasos para hallar mi camino, prometo salpicarte a carcajadas y sólo brindarte lo mejor que tengo.  Prometo no amar a nadie como aprenderé a amarte a ti, prometo reservar horas en mi agenda para ti y nutrirte con la sabia de la luna.  Prometo no dejarte amor mío, nunca más estacionada en la orilla de otro amor, pues sólo el tuyo podrá ofrecer mi cariño a otros.  No serás mi único amor pero si el principal, sí al que volveré siempre a florecer.  Prometo volar por encima del destino y convertirte en la mujer que sueñas.

Puedo ofrecerte castillos y el brillo del sol, puedo regalarte el canto de los pájaros, puedo escribir tu nombre en las estrellas, pero lo más importante es que quiero y necesito permanecer siempre a tu lado, ya no para soportarte, sino para jugar, para llenarte, para sanarte, para arrullarte y sonreír sólo porque el viento lleva nuestra voz.

Sales pronta y despeinada desde el olvido a recibirme, con miedo, con desconfianza, pero con una sonrisa que encharca tus ojos.  Te abrazo y me siento segura, te abrazo y sé que eres mi hogar. Gracias por venir vestida de novia para mí, gracias por caminar descalza por la playa para dibujar tus pies en mi espalda, gracias por entregarte a esta aventura sin final.  Me amo.”

Y así fue como me puse de novia conmigo.  Me invitaba a salir y tal como lo haría con otra persona, planeaba hasta los pequeños pormenores y luego me llamaba y me proponía una cita, me encantaba “sorprenderme” con pequeños detalles de última hora.

Bailaba frente al espejo para mí y me hacía verdaderas sesiones fotográficas, llegué a sentirme profundamente atraída por esa que me devolvía el espejo.  Me compraba siempre flores y en pequeñas tarjetitas escribía versos cortitos para decirme lo maravillosa que soy.

Empecé a visitar mi niña interior, a jugar con ella y hacerme cargo de su bienestar, así que le hice un poema………..

“Anda ven conmigo a jugar un rato………

corramos tras las huellas de las mariposas,

regresemos a las travesuras y subamos al árbol de la vida.

Soltemos nuestro pelo

y veamos el amor en las nubes

y besemos nuestras manos en un impulso de ternura.

Escuchemos nuestra piel murmurarse una en la piel de todos.

Inventemos rondas para cantarle al silencio

Y de nuevo seamos superheroínas que edifican humildad.

Ven no tengas miedo, solo eres una niña apresada en los huesos de tu abuela,

Corre, salta, flota,

Subamos a las alas del tiempo

y recuerda cuando perdiste tu primer diente,

Entonces reías sólo para estrenar tu nuevo rostro.

Toma mi mano…… olvida el futuro,

Creemos fantasías de la nada

Y deja que tu aliento me descubra soñando mundos para escapar contigo”.

En aquel tiempo no le dije a nadie de aquella aventura de varios meses conmigo, pero parecía que a mi alrededor todos percibían el perfume de la dicha.   Dejé de tener apuro, festejaba mis aciertos, acompañaba compasivamente mis errores, hubo entonces una mortandad de miedos en mi corazón y parecía que cualquier noche las hadas vendrían a visitarme, no recuerdo haberme hecho más feliz.

Lo más paradójico y bello de todo este juego es que empecé a ver a mi esposo de otra forma, empecé a amarlo nuevamente, a verlo puro, inocente, grandioso y de nuevo tuve ganas de jugar con él, de invitarlo a asaltar mi cintura y olvidar el resentimiento.

Mis amig@s dejaron de ser los tableros en los que colgaba mis expectativas y ya no quise transformarl@s, además de permanecer solamente al lado de aquell@s que aportasen algo a mi crecimiento como persona.

Fue entonces cuando mis padres dejaron de ser los responsables por lo que me había pasado, cuando sus señalamientos presentes ya no levantaron más ampolla y los tomé como son, aceptando sus grandezas, sus limitaciones  y agradeciéndoles sinceramente por arriesgar su tranquilidad para traerme a la vida.   Bendije entonces  cada golpe, cada escollo compartido, comprendí plenamente las lecciones por las que les elegí y los amé en el sentido más amplio de la palabra.

Una nueva persona fue surgiendo de esta relación conmigo, una mujer mucho más compasiva, más comprensiva de la realidad humana, más juguetona, más libre de prejuicios.  Empecé entonces a observar a los otros como verdaderos dioses del panteón humano y pronto ya no estuve enamorada sólo de mí misma.

Aún estoy junto a mi esposo y cada día nuestra relación crece en belleza, armonía y confianza, pues seguimos nutriendo nuestra unión a diario….……por supuesto! aún sigo de novia conmigo, continúo invitándome un helado, regalándome una tarde bajo los árboles, eligiendo un regalo para mi aniversario, celebrando mi existir.

Quizás esta no sea la cura mágica para todos los males, pero para mí nada volvió a ser como antes, desde entonces una sonrisa permanece en mi rostro porque sé que me tengo para darme fuerza, para enseñarme, para abrazarme, para impulsarme a cambiar el mundo…..el mío…….el tuyo…….el de tod@s aquell@s que crean en el amor.